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La historia nos suena: un grupo de hombres de negocios que intenta sacar provecho de donde no se debe... Nos suena a podrido, nos suena a clásico, nos suena a juicios y sentencias. ¿Sí? Pues no, en este cuento tampoco fueron procesados por sus malvados planes, pero aquí te explicamos mejor en qué consistían y, lo peor, las consecuencias mundiales que éstos tuvieron.
La historia arrancó bien, en realidad.
Todo empieza en 1904, en el cuartel de bomberos de Livermore, en Ohio. Un electricista enroscaba la que se convertiría en “la bombilla centenaria”, fabricada por la sociedad Shelby Electronics y patentada por el francés Adolphe Chaillet. Esta bombilla aún funciona hoy día y sigue brillando para asombro de muchos.
Adolphe Chaillet inventor de la “bombilla centenaria”.
Mientras los agentes municipales descuelgan y recogen las luces de Navidad, un grupo de hombres de negocios, refugiados en la sombra de una sala escondida, trazan el plan secreto que va a cambiar para siempre el pensamiento industrial.
¿Su diabólica idea? Asociarse juntos para fundar el Cartel Phoebus, con el fin de controlar el mercado mundial de bombillas eléctricas y, paradójicamente, ensombrecer el futuro del planeta.
Miembro del Cartel #1: Anton Frederik Philips, cofundador de Royal Philips Electronics.
Debido a su obsesión de maximizar el beneficio y las ventas, el Cartel, compuesto por los mayores fabricantes de bombillas, decidió limitar la duración de las mismas a tan sólo 1.000 horas (frente a las 1.500 o 2.000 que podría durar una bombilla convencional).
Esta decisión se convertiría en la primera aplicación de alcance mundial de la obsolescencia programada.
Miembros del cartel #2: Owen D.Young, presidente de General Electric.
De 1924 a 1939,los fabricantes de bombillas del mundo entero tenían que enviar periódicamente muestras a los laboratorios de prueba de los miembros del Cartel. De esta forma, los Phoebus controlaban y homologaban la producción.
Miembro del Cartel #3: Franjo Hanaman , cofundador de Tungsram.
Si una sola bombilla de la muestra sobrepasaba las 1.000 horas de duración de vida, el fabricante debía pagar una buena multa. Esto puede sonar falso, pero es totalmente real. Aquí te dejamos la fuente fiable de donde viene toda la información.
El monopolio, que debía durar 30 años originalmente, vio forzado a cerrar la campaña súbitamente con la declaración de la Segunda Guerra Mundial, ya que los miembros del Cartel pertenecían a naciones enemigas.
Miembro del Cartel #4: William Meinhardt, presidente y director general de OSRAM.
Pero,la historia no se para aquí… Por desgracia, el Cartel Phoebus sirvió de inspiración a otras muchas industrias en un amplio abanico de sectores. La obsolescencia programada se convirtió en un modelo económico global y una de las principales causas de sobre explotación de los recursos naturales.
Al utilizar productos de larga duración o reacondicionados, podemos hacer que los del Cartel Phoebus se revuelvan un poco en sus tumbas...
Happy Halloween!
Luchando contra la obsolescencia programada, hasta el infinito y más allá.
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