El segundo iPad se lanzó al mercado en 2011 y fue, en realidad, la primera toma de contacto de muchos usuarios con este dispositivo revolucionario. Y aún hoy, es su única experiencia porque a pesar del paso de los años, esta tablet de Apple sigue funcionando a las mil maravillas.
Como decíamos arriba, tras la piedra de toque que supuso el iPad original, esta segunda generación mejoraba notablemente a la primera, con algunos elementos que ya demandaba el gran público. Por ejemplo, sus dos cámaras (trasera y frontal) y, aunque sus especificaciones técnicas son hoy bastante básicas (0,7 MP y 0,3 MP, respectivamente) permitían no solo tomar fotos y vídeos sino también usar las ya populares apps de videollamadas y videojuegos.
Aparte de ello, se duplicó la memoria RAM (ahora 512 MB) y se amplió ligeramente la batería. No obstante, se mantuvieron intactos otros detalles, como la frecuencia de reloj de su chip (1 GHz), la resolución de su pantalla (1024 x 768 píxeles, 132 ppp) y el almacenamiento interno (16 GB, 32 GB y 64 GB).
Pero en lo que más mejoró este iPad fue en sus dimensiones y en su peso: 241,3 x 185,7 x 8,8 mm y 601 g. Es decir, el modelo más pequeño y ligero de los tres que estamos analizando en estas líneas.