Así es como el nuevo chip debería garantizar la estabilidad en los próximos años
Desde hace algunos años, Apple ha causado un gran revuelo con sus procesadores SoC internos, los llamados sistemas en un chip. Aquí, todas las funciones importantes de un teléfono o un ordenador están integradas en una sola unidad. Además de la propia CPU, también están presentes la tarjeta gráfica y la NPU del sistema de red neuronal.
Con el iPhone 13 y el A15 Bionic utilizado en él, Apple confía en la arquitectura ARM v8. Esto puede sonar innovador al inicio, pero en principio no es nada diferente del anterior A14 Bionic del Apple iPhone 12. Esto significa lo de siempre: dos núcleos de alta velocidad con una velocidad de 2,99 GHz en la CPU, apoyados por cuatro núcleos de bajo consumo.
Hasta ahora, no hay diferencia entre los modelos antiguos y este. Donde parece haber una mejora o una mayor atención es en la eficiencia energética. El chip está algo más equilibrado en este sentido y, junto con la batería más potente, garantiza un mayor ahorro de energía -más adelante se hablará de esto-. Además, el número de transistores ha aumentado considerablemente (de 11.800 a 15.000 millones) y hay un nuevo procesador de imágenes.
En resumen: gráficos más nítidos y de carga más rápida, aunque las diferencias apenas son perceptibles a este nivel. Al menos nosotros no pudimos percibir ningún cambio real. Sin embargo, esto también puede deberse a que uno de los cinco núcleos de la GPU ha sido desactivado. Si quieres contar con todas las novedades, tienes que ir a por el modelo inmediatamente superior, el iPhone 13 Pro, a partir de 1.149 Euros.