La infancia es demasiado corta como para pasarla frente a un móvil

29 de mayo de 2025


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Thomas Hobbs

Thomas Hobbs

So sieht es Daisy Greenwell, Mitgründerin der Initiative Smartphone Free Childhood. Und sie ist mit dieser Haltung nicht allein. Seit dem Start der britischen Bewegung, die sich dafür einsetzt, Kindern den Einstieg ins Smartphone-Alter frühestens ab 14 Jahren zu ermöglichen, haben sich bereits über 140.000 Eltern in das Unterstützer:innen-Register eingetragen.

"La gente dice que ya es demasiado tarde y que no se puede hacer nada para evitar que los niños a partir de los 3 años usen el móvil a diario...", explica con pasión Daisy Greenwell. "¡Pero eso es una chorrada!".

Esta madre de tres niños y cofundadora —junto a su pareja Joe Ryrie— del movimiento emergente Smartphone Free Childhood continúa: "No estamos diciendo que haya que eliminar los smartphones por completo, ni que no hayan aportado cosas buenas a la sociedad, porque lo han hecho. Pero también está claro que son perjudiciales para la salud mental de nuestros hijos, y que están expuestos a los móviles demasiado pronto, cuando su mente aún se está desarrollando." 

"Es como... sí, los coches están muy bien, pero como mucha gente muere en accidentes, les pusimos cinturones de seguridad para hacerlos más seguros, ¿no? Creamos leyes contra la contaminación y diseñamos carreteras mejores. Que algo sea inevitable en la sociedad no significa que no podamos hacerlo más seguro o mejor".

„Creo que asumimos de forma bastante ingenua que, cuando tengamos hijos, el tema de la exposición al smartphone ya estará resuelto de alguna manera. Pero en ese momento me di cuenta de que cada vez se usa desde más jóvenes, a pesar de todo el contenido tóxico y los problemas de adicción que hay.“

En comparación con 2024, una proporción mayor de menores de entre 5 y 7 años en el Reino Unido se conecta a internet para enviar mensajes o hacer llamadas de voz o vídeo (del 59% al 65%) o para ver contenido en directo (del 39% al 50%), según datos de Ofcom

Del mismo modo, el uso general de redes sociales o aplicaciones entre niños de 5 a 7 años ha aumentado de un año a otro (del 30% al 38%): plataformas como WhatsApp (del 29% al 37%), TikTok (del 25% al 30%), Instagram (del 14% al 22%) e incluso Discord (del 2% al 4%) han experimentado un crecimiento puntual en este grupo tan joven. Los menores están cada vez más expuestos a estos dispositivos, y algunos padres recurren incluso a vídeos en el móvil para "calmar" a sus hijos en momentos complicados. 

"Creo que estos datos deberían ser una llamada de atención para la industria”, declaró Mark Bunting, del Grupo de Seguridad Online de Ofcom, a BBC News. "Tienen que tener en cuenta a los usuarios reales que tienen, no solo a los que dicen tener según sus términos y condiciones. Desde hace tiempo sabemos que los niños, incluso estando por debajo de la edad mínima permitida en muchas de las aplicaciones más populares, las utilizan de forma regular. Y ahora, las empresas tienen la obligación legal de tomar medidas para proteger a esos menores”.

Esto significa que cada vez más niños se enfrentan a todo lo negativo que suele venir de la mano de estos servicios: ciberacoso, pornografía, imágenes violentas, estándares de belleza irreales, discursos de odio, misoginia, transfobia, memes racistas, entre otros contenidos. Otro estudio realizado en 27.969 adultos jóvenes por Sapien Labs concluyó algo bastante preocupante: “Cuanto más temprana es la edad en la que se tiene el primer smartphone, peor es la salud mental que esa persona reporta en la edad adulta joven”. 

Para hacer frente a esta  realidad inquietante —con menores expuestos a la tecnología en una etapa demasiado temprana de su desarrollo—, el movimiento Smartphone Free Childhood está luchando por lograr leyes más estrictas a través de eventos presenciales en colegios y webinars. Al mismo tiempo, busca ofrecer a madres y padres preocupados una plataforma comunitaria desde la que puedan actuar colectivamente.

Anthea Renshaw

“The Parent Pact” es un registro creado por Greenwell que muestra al instante una lista de madres y padres de la comunidad local que han acordado retrasar la exposición de sus hijos al smartphone hasta los 14 años. Al inscribirte, accedes a un grupo de WhatsApp local de apoyo, donde las familias pueden conectar y compartir consejos para mantener a sus niños alejados del uso tóxico del móvil. Hasta ahora, ya se han apuntado 140 mil personas en todo el Reino Unido. Greenwell cree que llegarán al millón en menos de 2 años.

Todo esto resulta bastante impresionante si se tiene en cuenta que Smartphone Free Childhood se creó apenas en febrero de 2024. "The Parent Pact funciona como una especie de presión social positiva", explica Greenwell. "Ves que 5 o 6 niños de la clase ya están apuntados, y no quieres que tu hijo se quede fuera, así que tú también te inscribes. Solo hace falta que el 25 % de un grupo se sume para generar un punto de inflexión cultural".

Experiodista en The Times y Positive News, Greenwell creó Smartphone Free Childhood inicialmente como un grupo de apoyo en WhatsApp, tras enterarse de que otra persona del colegio estaba pensando en comprarle un iPhone a su hijo de 8 años. El grupo acabó convirtiéndose en un movimiento nacional tan grande que ella y su pareja dejaron sus trabajos para poder gestionarlo. "¡No me lo podía creer: 8 años!", recuerda.

"Creo que asumimos de forma bastante ingenua que, cuando tengamos hijos, el tema de la exposición al smartphone ya estará resuelto de alguna manera. Pero en ese momento me di cuenta de que cada vez se usa desde más jóvenes, a pesar de todo el contenido tóxico y los problemas de adicción que hay. Es un problema sistémico que va desde el gobierno hasta los colegios, donde los profesores pierden horas y horas de trabajo lidiando con cosas como el ciberacoso".

Sobre los efectos del uso del smartphone en la salud mental infantil, la cofundadora explica: "La ansiedad y la depresión son, probablemente, los impactos más preocupantes. Cuando una persona utiliza un smartphone con frecuencia desde muy pequeño, su cerebro se acostumbra a recibir estímulos constantes de dopamina para mantenerse interesado. Esto puede afectar su capacidad de concentración y dificultarle entrar en un estado de atención profunda. Además, influye en cómo construyen su identidad, lo que puede frenar su desarrollo emocional". 

¿Qué sigue? Además del objetivo de alcanzar el millón de personas registradas, Greenwell cuenta que hay planes para llevar el movimiento Smartphone Free Childhood a escala global. Ya han recibido ofertas desde diversos países como Kenia, Brasil o Uzbekistán. También quiere seguir presionando a la clase política y a las grandes tecnológicas, aunque reconoce que a veces la lucha se puede sentir como remar a contracorriente. 

"Diría que el actual gobierno británico no parece tener intención de hacer ningún cambio legislativo sobre este tema ahora mismo", admite Greenwell. "Y probablemente tenga que ver con la situación geopolítica y los aranceles. Trump dice que cualquier intento de regular a las empresas estadounidenses es un ataque a la libertad de expresión. Por desgracia, las grandes tecnológicas no están colaborando. Escuchas a Mark Zuckerberg hablar durante tres horas en un pódcast y ni una sola vez menciona la seguridad infantil en internet, a pesar de que está entre las diez prioridades de Facebook".

En cualquier caso, está claro que el movimiento Smartphone Free Childhood seguirá en su lucha, con la esperanza de demostrar a los adultos que es posible gestionar el uso del móvil de forma responsable para sus hijos. Al preguntarle qué consejo daría a las familias que quieran implantar nuevas normas para restringir el uso del smartphone en casa, Greenwell asegura: "Las primeras 2 semanas van a ser un infierno, pero después verás cómo tu hijo vuelve a interesarse por el mundo y recupera mucha más confianza en sí mismo". 

"Si tú estás todo el rato con el móvil, tus hijos solo van a imitarte y entonces no tienes ningún argumento, así que tienes que predicar con el ejemplo y mostrarles que hay mucho más en la vida que un dispositivo en el bolsillo". Greenwell se detiene y se ríe: "El último año hemos estado tan pegados al móvil mientras trabajábamos para expandir este movimiento, que mi hija bromea diciendo que deberíamos empezar con el movimiento Una adultez sin smartphone".

Thomas Hobbs

Escrito por Thomas Hobbs

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